La creatividad de las portadas de Yorokobu, la curiosidad que generan los Libros del Zorro Rojo y la vuelta de los clásicos en IlustraTour

La creatividad de las portadas de Yorokobu, la curiosidad que generan los Libros del Zorro Rojo y la vuelta de los clásicos en IlustraTour

De la jornada de viernes en IlustraTour 2015 ya hemos destacado algunas charlas y algunas frases de los invitados, pero en las siguientes líneas queremos hacer mención a más cosas que sucedieron en las salas de Matadero Madrid y que nos parecieron interesantes, desde la charla sobre el trabajo y la evolución de Yorokobu, hasta la presentación de Libros del Zorro Rojo, una editorial que cumple 10 años, pasando por un pequeño debate sobre los clásicos protagonizado por nombres como Javier Olivares, Antonio Santos, Jorge González,…

“Yorokobu es una publicación que habla de esas historias que nunca leerás en un medio tradicional. Queremos inspirarte y hacerte pensar. Queremos que descubras relatos de personas increíbles, aunque no sean famosas; de proyectos extraordinarios, aunque no estén en la portada de un diario. En nuestro blog, nuestra revista y nuestras redes sociales encontrarás temas de creatividad, innovación, reflexión, humor…”

Con esas palabras se presenta en su página web la revista Yorokobu. En IlustraTour, Fermín y Marina nos cuentan que les gusta mucho la ilustración y el diseño gráfico. “El contenido y el diseño es nuestra tarjeta de presentación”. De hecho han obtenido gran cantidad de premios de diseño a lo largo de su trayectoria. A través de la revista y del blog nos van contando esas historias que, como ellos dicen, nunca leeremos en un medio tradicional. Y entonces nos hablan de algunas peculiaridades de la portada de la revista, como que “la cabecera es la más pequeña del mundo” y que en portada siempre debe aparecer el nombre de la revista, Yorokobu, que en japonés significa “estar feliz”.

“La portada es un espacio de creatividad”. Y es entonces cuando Fermín y Marina nos hacen un repaso por algunas de las portadas que han visto la luz y detrás de las cuales siempre hay una historia, como la de Ricardo Cavolo, la portada comestible, la que hizo Sara, una mujer de 65 años, con ganchillo, la de Hungry Castle…


También son muy importantes las infografías. Es otra manera de contar las cosas, de hacer una información atractiva al público, un reportaje, una publicidad,… El equipo de Yorokobu además de editar y dar vida a la revista, están ayudando a las marcas  a comunicar de otra manera, y sirva de ejemplo el trabajo del ilustrador Juan Díaz Faes en la presentación de la ginebra Nº3 London Dry Gin.

En este aspecto relacionado con la parte más comercial y relacionada con el trabajo publicitario nos hablaron de cómo le dieron la vuelta a la revista “Ling” que edita la compañía aérea Vueling, o los trabajos que han hecho con Moritz, Artiem, Heineken…

Libros del Zorro Rojo

 La editorial Libros del Zorro Rojo cumple diez años, una editorial que nació pensando que todos sus libros iba a ser libros ilustrados. Era una época en la que era muy fácil hacerlos para niños, cuenta Samuel Alonso, pero no tanto que se hiciera literatura ilustrada para adultos. Desde el primer momento optaron por varias líneas, como el rescate de clásicos con ilustradores de renombre, o el tratamiento de autores latinoamericanos. Han trabajado con nombres como Isidro Ferrer, Antonio Santos, Javier Zabala, Pablo Auladell

“Utilizamos una forma muy intuitiva de seleccionar, en la que son muy importantes las experiencias de lectura que hemos tenido los que hacemos esa selección. Tenemos una imagen de una editorial excesivamente cuidadosa. Somos tradicionales, pero también nos gustan las cosas nuevas. Los ilustradores dan su propia mirada a los textos. Vas del texto a la imagen, pero de la imagen vuelves al texto de un modo distinto”, nos contaba Samuel.

En cuanto a los libros para niños, “buscamos la transgresión”, y en este momento nos muestra uno de los libros de la editorial para niños, “El bandido del colt de oro”. “Nuestros libros tienen que generar curiosidad, y ha veces hacemos libros que no tienen final, el final está en la curiosidad”.

Vuelven los clásicos

En la tarde del viernes en IlustraTour también tuvimos la oportunidad de asistir a uno de los debates de este encuentro, en torno al regreso a los clásicos cuando hablamos de libros ilustrados. Y para ello, en el escenario nombres propios como Javier Olivares, Jorge González, Antonio Santos, el editor de Nórdica Libros, Diego Moreno, y moderando, Jesús Marchamalo, que en todo momento animó el debate, aunque por ponerle alguna pega, quizá protagonizó demasiado el debate y, por ejemplo, creo que habló más que Jorge González, que llegaba a esta charla con algunos títulos muy interesantes…

El caso es que sobre la pantalla vimos las ilustraciones de Antonio Santos para “La metamorfosis“, o el trabajo de Javier Olivares con “El perro de los Baskerville“, o los dibujos de Jorge González para “El señor de las moscas“…

Para Diego Moreno, editor de Nórdica Libros, “los clásicos nunca se han ido de las librerías, pero hemos conseguido que el público se acerque a esos clásicos gracias también a una evolución del libro ilustrado como una mejor manera para acercarse a ellos. La visibilidad del ilustrador hace unos años no era la que es ahora, que ha conseguido que se vea el papel del ilustrador como autor. No estamos hablando de libros más bonitos, sino que con diálogo autónomo”.

Javier Olivares aseguró que “un libro ilustrado es un cuento contado a dos voces. Yo soy un defensor de la narrativa”, y habló de las diferencias entre ilustrar a un escritor que ya no está entre nosotros e ilustrar un texto de alguien que está vivo. “Trabajar con el escritor es la colaboración total, pero es un arma de doble filo: por un lado llegas antes al personaje, pero por otro también tienes más riesgo, ¿qué voy a aportar yo ahora?

Para Antonio Santos “los libros se hacen desde dentro hacia afuera, respetando a todos los que participan. Yo he hecho siempre lo que me apetecía. Hay un libro para cada editorial, y una editorial para cada libro. Uno debería hacer esos libros que le apetece hacer, y ya se verá si se editan o no”.

Jorge González nos dio alguna pincelada de su trabajo en “El señor de las moscas” de William Golding y en “Memorias del subsuelo” de Dostoievski. En el último caso fue “una excusa para aprender y volverlo a leer. Tiene un discurso actual. Se agradece recibir libros vivos”, comentó. Respecto al primero, “tiene una narrativa más amable, no te lleva a algo tan subjetivo. Leía cada capítulo varias veces antes de dormir. Al día siguiente me levantaba temprano para volcar todo lo que había leído la noche anterior”.

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