Sofía León: “Mis dibujos son yo. Yo hago los dibujos y los dibujos me hacen a mí”

Sofía León: “Mis dibujos son yo. Yo hago los dibujos y los dibujos me hacen a mí”

He quedado con Sofía León en un parque que hay junto al Parque de las Ciencias de Granada y el Museo de la Memoria. Se trata del parque “Tico Medina” (qué mejor parque para hacer una entrevista que el de un periodista). No nos conocemos, pero enseguida nos reconocemos. Ella me espera sentada en un banco, con un gorrito rojo de lana y una mochila azul, que es un monstruo que enseña sus dientes.

De la boca de ese “monstruo” Sofía sacará más adelante un libro lleno de dibujos y una carpeta con más dibujos. Iremos viendo esos dibujos mientras charlamos, con el murmullo de los vehículos que transitan por la Circunvalación de fondo.

“Yo dibujaba de pequeña, pero algún dibujito copiado. Luego me metí en Bellas Artes, no porque me encantara dibujar. No. Por entonces no tenía ni idea de qué hacer con mi vida, y me parecía que esa opción, relacionada con la creatividad, siempre había estado ahí, y entonces me decidí por eso. Yo creo que cuando empecé a dibujar de verdad, fue cuando empecé a dibujarme a mí. En la facultad vas haciendo trabajos, creando personajes, pero tampoco es que tuviera una destreza y una confianza en mí grande; pero hubo una época en la que empecé a hacer dibujitos a pilot, superrápidos, y empecé a dibujarme a mí, y fue cuando de verdad, empecé a dibujar. Eran dibujos muy torpes, pero el profesor que yo tenía, Sergio García, les veía algo, y me animó un montón”.

“Dibujar y disfrutar dibujando, siempre con cosas que han salido solas. Los primeros dibujos que hice que considero más importantes fueron cuando mi abuela murió. Días después empecé a hacer dibujitos. Esto que coges un folio y te pones a llenarlo con cosas, y dibujé cosas que se me ocurrían en ese momento, y así empecé. Así, con ese proceso, fue también mi proyecto fin de carrera (nos enseña entonces esos dibujos)”. Con el libro en la mano, nos cuenta que son cosas de su infancia, dibujos que iban saliendo solos y que luego hubo que ordenarlos.

“Por una parte esta esto, que es más personal. Y por otro lado me gusta mucho el diseño de personajes. Encontré mi camino. Tiré por el dibujo, terminé muy contenta. Eso sí, luego tuve ese año en el que te preguntas qué vas a hacer con tu vida”.

“Pero bueno, luego se me abrieron otros mundos, como el de la animación. Estuve en Granada Film Factory y me sirvió para ver que se trataba de otro camino. También hago cosas para aplicaciones informáticas para otra empresa, Kelevra. Ahora es un terreno que te da muchas posibilidades, aún no he realizado ningún proyecto personal en este sentido, pero ahí está”.

“Mis dibujos son yo. Yo hago los dibujos y los dibujos me hacen a mí. Ahora que he tenido una época un poco mala, me decían dibuja y distráete. El otro día me vine al parque a dibujar, y cuando regresé a casa me dibujé a mí en el parque… en fin, me hizo sentirme bien. La gente me dice que son dibujos adorables. Y yo les digo: ‘también hago zombis’. Y me dicen: ‘pues serán adorables’”.

Vuelve a abrir la carpeta y me enseña algunos dibujos. “Tengo dos personajes. Una niña y un niño. La niña de las coletas y el niño que quiere volar, que tiene una personalidad inocente. Son mis niños. En cuanto a estilo, voy variando”.

“¿La técnica? Lápiz. La verdad es que con el color aún no me he encontrado. Me gustan las cosas abocetadas, sencillas. El pilot es infalible. Un papel y un pilot y ya está. Cuando meto algo de color, es con acuarela. Pero lo que más me gusta es introducir, como mucho, algunos toques de color, algo muy sutil. Ahora estoy investigando con lo digital”.

“Mis dibujos han ido a parar aquí, que están todos (señala su carpeta y su libro). A la gente, porque es una manera de comunicarte. En el estudio de animación, allí se quedaron. También han ido a alguna editorial, aunque aún no he publicado nada. Y algunos otros dibujos han terminado en aplicaciones elaboradas en Kelevra”.

Vemos el boceto para la ilustración sobre Valentina. “Lo hice aquí, en este parque. Empecé con un folio. Hice un bebé, unas niñas, y…”

“Estoy en la Escuela de Artes haciendo un curso sobre ilustración. Pero mi proyecto personal, que cada vez va latiendo con más fuerza, es con mis dos niños, mis dos personajes. Se trataría de poner a estos dos personajes en diferentes situaciones. A la larga, mi idea es que estas cosas que hago se editen o me den algo más que la satisfacción de hacer los dibujos. Soy optimista de cara al futuro y mi profesión”.

“Tengo mi lista de ilustradores. Casi siempre son novelas gráficas. Los cuadernos de viaje me encantan. Voy a las librerías, apunto los nombres de lo que me gusta… Por ejemplo, me gusta mucho Liniers. Quentin Blake, y la pulsación que tiene el dibujo. Luego otros que voy encontrando, como Bastien Vivès, que es genial. Me gusta mucho también Jimmy Liao… Hay un montón”.

“¿Álbumes? ‘El hilo de la vida’ me encanta. Fue de los primeros que tuve. Dibujos muy simples… De Liniers, todos sus ‘Macanudos’ son muy especiales”.