Ruizge y “Eloísa y Napoleón”: “Tuve que ‘deconstruirme’, cambiar completamente mi estilo, buscar uno que no fuese naturalista sino expresionista, un estilo que me permitiese entrar en los lectores a través de sus ojos para llegar a sus emociones”

Ruizge y “Eloísa y Napoleón”: “Tuve que ‘deconstruirme’, cambiar completamente mi estilo, buscar uno que no fuese naturalista sino expresionista, un estilo que me permitiese entrar en los lectores a través de sus ojos para llegar a sus emociones”

Todos queremos ser queridos. Puede ser muy fácil o muy complicado. Hay un poco de azar, un poco de magia, un poco de realidad y mucho de cotidiano. Sólo hace falta encontrar el prestidigitador, el alquimista de nuestra fórmula personal, que nos fabrique un rato de fantasía cada día. Nuestro Napoleón o nuestra Eloísa. Alguien que nos enseñe lo sencillo que puede ser, un truco de manos, una palabra o un elixir. Cada uno puede escoger.

Así es como nos presenta DibbuksEloísa y Napoleón”, una historia escrita por Cristina Florido y que ilustra Francisco Ruizge. Con este ilustrador, al que tuvimos la oportunidad de conocer personalmente en Expocómic Madrid, durante una sesión de firmas, hemos hablado sobre esta obra.

“Cristina y yo nos conocemos hace mucho tiempo y habíamos comentado la idea de colaborar en algún libro -cuenta Ruizge-. Pero se daban diferentes circunstancias que hacían complicado ese proyecto común, y además que sus textos y relatos y el dibujo y narrativa que yo usaba habitualmente fuesen como el agua y el aceite era una dificultad muy a tener en cuenta”.

“Un día entre sus borradores leí la historia de una mujer muy alta y un hombre muy pequeño y le dije que esa sin duda iba a ser nuestra primera colaboración, había algo que me parecía muy interesante en aquella historia de amor. Nos planteamos hacer el libro sin presiones, de modo que no lo movimos como un proyecto, sino que cuando la obra ya tuvo forma es cuando se tuvieron los primeros contactos para buscar un editor”.

“Al ser una una propuesta personal que nos hacíamos a nosotros mismos, y sin tener un editor que debe encajar cada libro en un calendario, teníamos toda la libertad de acción, así el proceso fue adaptándose a las circunstancias, fue un libro que se realizó sin prisas, en el tiempo que mi trabajo como dibujante para Francia me dejaba libre: fines de semana, vacaciones, los interines entre un álbum y otro. Fueron dos años desde que empezamos con el primer diseño de personajes hasta que acabamos la última página”.

“El texto de Cristina es muy poético y apela a los sentimientos mucho más que a la cabeza. Cuando nos sentamos ante el primer borrador una cosa se hizo más que evidente, mi estilo de dibujo realista, el que uso para mis álbumes francobelgas de aventuras, no servía en absoluto para esta historia. El dibujo y la narrativa tenían que ponerse al servicio del relato y del texto para intentar subrayar los sentimientos que este transmitía”.

“De modo que tuve que “deconstruirme”, cambiar completamente mi estilo, buscar uno que no fuese naturalista sino expresionista, un estilo que me permitiese entrar en los lectores a través de sus ojos para llegar a sus emociones. Al menos esa era la idea, cuando oigo los comentarios de los lectores y recibo su retorno y lo que el libro les ha hecho sentir creo que ha valido la pena el esfuerzo que como dibujante me ha supuesto esta ‘transformación’”.

¿Con qué técnica están hechos los dibujos? “Los cambios no son técnicos sino de intención. Como te decía antes se trataba de reducir, de simplificar como camino para emocionar. Es una simple línea que gira y gira, con un grosor muy fino que a base de envolverse y de girar va construyendo la forma”.

¿Qué proceso sigues desde la página en blanco hasta que ésta está totalmente acabada? “Bueno hay un trabajo previo, de documentación, de encaje, pero una vez están resueltos estos momentos previos me limito a trazar formas sobre la página. Generalmente coloco un esquema del fondo, construyo los personajes y acabo de nuevo con los fondos. Quizás podría destacar que hay algunas planchas donde la colocación de los textos tiene una importancia mayor que en otras, ya que están orientando la lectura compositiva de la página, están guiando al lector. En estos casos los textos dentro de sus cartuchos los trabajo como lo haría con un personaje, buscando que encajen en el conjunto de la página”.

¿En qué estás trabajando ahora? “Para Francia estoy haciendo un álbum ambientado en España y espera otro álbum de temática fantástica. Con Cristina, de nuevo buscamos tiempo para un libro infantil, con una estructura más clásica, que siga los parámetros del cuento ilustrado”.