Pedro Villarejo y “Miguel Hernández en 48 estampas”: “A la hora de ilustrar una poesía, mi intención es que la ilustración sea una poesía, que transmita algo parecido a lo que transmite el verso”

Pedro Villarejo y “Miguel Hernández en 48 estampas”: “A la hora de ilustrar una poesía, mi intención es que la ilustración sea una poesía, que transmita algo parecido a lo que transmite el verso”

“Miguel Hernández en 48 estampas” recorre momentos significativos de la vida y la obra del poeta de Orihuela, una voz generosa y auténtica que escribe para todos y con todos. Está escrito en cuartetas de versos octosílabos, acompañadas cada una con una ilustración, al estilo de los pliegos de cordel que los ciegos recitaban en las plazas, normalmente con cuarenta y ocho viñetas llamadas estampas.

Pedro Villar Sánchez es el autor del texto de este libro editado por Amigos de Papel, e ilustrado por Pedro Villarejo. Con éste último hemos charlado sobre el proceso de creación de este proyecto y su implicación y trabajo en el mismo.

¿Cómo surgió este proyecto? “Pues digamos que hay como dos génesis -comenta Pedro-. La primera da inicio hace unos años con un mail de Ana Lorenzo, que dirijía la colección LIJ de la desaparecida web Libro de notas, preguntándome si estaría interesado en ilustrar la obra de Pedro Villar. Así de sencillo. El proyecto se llevó a cabo y terminó siendo un libro en formato electrónico y aunque estaba bien, porque se difundió bastante, siempre nos quedó el regustillo amargo de no poder ver nuestro trabajo en las estanterías de las librerías”.

“Y es aquí donde da inicio la segunda génesis, y donde entra en escena Asunción Carracedo y Eugenio Castro, los dueños de la maravillosa editorial Amigos de papel que decidieron adoptar a nuestra criatura y darle cobijo en su casa. No podía haber encontrado un sitio mejor”.

¿Qué nos encontramos en este libro? “Ni más ni menos que la vida de Miguel Hernández narrada en verso. Concretamente en 48 cuartetos octosílabos al estilo de los pliegos de cordel que los ciegos recitaban de pueblo en pueblo. No es un libro de Miguel Hernández, sino sobre Miguel Hernández. Existen muchos libros que ilustran su obra pero no tantos que ilustren su vida y eso me pareció sumamente original. La poesía de Pedro es además de muy fácil lectura para niños y -como él mismo dice- otros seres sensibles. Creo que es un bonito acercamiento a la figura del poeta”.

¿Cómo dirías que son las ilustraciones para este libro? Es decir, ¿hay algo nuevo o distinto respecto a otros trabajos? “Siempre hay algo nuevo y distinto. Procuro abordar cada trabajo de manera diferente, primero para tratar de darle a cada libro lo que pide y segundo por una cuestión meramente personal. Necesito hacer cosas diferentes en cada proyecto, es la única manera de no aburrirse, de seguir progresando y aprendiendo y de no caer en la autocomplaciencia”.

“Como tenía total libertad, tuve claro desde un inicio que no serían ilustraciones a todo color. Quise darle un aspecto antiguo y gastado, como viejas fotografías descoloridas por el tiempo, además creo que el tema de la guerra y la muerte, tan presentes en la vida de Miguel, requerían ese tratamiento. A pesar de ser un libro dedicado al público juvenil, en ningún momento tuve la intención de dulcificar esos pasajes, como tampoco lo hizo Pedro con sus versos, simplemente contamos la vida de Miguel”.

¿Con qué técnica están hechas las ilustraciones? “Digital. Partí de bocetos a lápiz que escanee. A partir de ahí entinté digitalmente y utilicé diferentes texturas y filtros para conseguir el efecto deseado. Me siento cómodo trabajando así, me permite hacer muchas pruebas de manera ágil, corregir errores…tiene muchísimas ventajas. De todos modos desde hace un tiempo empiezo a tener la necesidad de volver a trabajar con lápices y pinceles. Me he acostumbrado tanto a la tableta gráfica, a repetir y modificar cada trazo si es necesario, que noto que he perdido cierta soltura con los lápices. Supongo que tarde o temprano volveré a ellos”.

¿Cómo fue el proceso de elaboración del libro? “Cuando me llegó el texto lo leí de un tirón y a medida que lo hacía ya iban surgiendo imágenes en mi cabeza. Tuve claro desde el principio cómo ilustrar algunos versos, otros me llevaron más tiempo. Después de decidir qué aspecto debían tener las imágenes, qué tono para que funcionaran como conjunto, me puse con las que veía claras y fui dejando para el final el resto, a la espera de que se me encendiera la bombilla”.

“La verdad es que soy muy desorganizado. No tengo ningún método ni planifico nada, me dejo llevar por lo que se me ocurre en cada momento”.

¿Era la primera vez que ilustrabas poesía? ¿Qué tiene de distinto respecto a otro tipo de textos o lenguajes a la hora de ilustrar? “Sí, era la primera vez. Curiosamente mi siguiente libro también fue de poesía. Puede que suene pretencioso pero personalmente, a la hora de ilustrar una poesía, mi intención es que la ilustración sea una poesía, que transmita algo parecido a lo que transmite el verso y no sea sólo un simple adorno. Esa es mi intención, otra cosa es que lo consiga, claro”.

¿Qué versos son los que más te gustan de Miguel Hernández? “Sin duda alguna la elegía a Ramón Sijé me parece una de las composiciones más bonitas de la historia de la literatura. Cuando estudié a Miguel Hernández en el instituto me la aprendí de memoria. Es imposible leer u oír esa elegía sin emocionarse”.

¿Estás trabajando en algún nuevo proyecto? “Aún está la cosa muy en pañales, pero sí. Con un escritor y amigo al que conocí en León en la presentación del libro de Miguel Hernández. Sólo puedo decir que será algo totalmente distinto, algo muy colorido, me hace mucha ilusión. Espero que logremos seducir a algún editor”.