Nono Granero y “La historia extravagante de Hipo & Gavante”: “Cualquier trabajo incorpora una carga de análisis y de reto personal que me resultan muy estimulantes, además de que me divierto más probando cosas distintas. Soy muy de ir variando”

Nono Granero y “La historia extravagante de Hipo & Gavante”: “Cualquier trabajo incorpora una carga de análisis y de reto personal que me resultan muy estimulantes, además de que me divierto más probando cosas distintas. Soy muy de ir variando”

Esta historia que empieza plantea un desafío, pues en algunas frases aparece un vacío. Encontrar lo que falta no es nada complicado, si al escuchar la rima se busca el pareado. Así conocerás el relato completo, siguiendo las miguitas que nos da el alfabeto. Y si a pesar de todo alguna se resiste, hallarás la palabra en las guardas que viste. Preparaos que empieza, en este mismo instante, “La extravagante historia de Hipo & Gavante”.

Así nos presentan Nono Granero y la editorial Canica Books este estupendo y divertido libro, en el que la rima, las palabras y, sobre todo, sus dos personajes principales, nos guiarán por una placentera lectura.

¿Cómo nació este proyecto? “Pues como suele ocurrir, casi sin que me diera cuenta. Hace unos años colaboraba en un programa de radio llamado “La Librería” contando cuentos que solía escribir para la ocasión. Un día aparecí con Hipo y Gavante, que entonces ni siquiera se llamaban así. Después de contarla y comprobar que funcionaba bien, pensé en hacer unas ilustraciones sobre los personajes, un poco por probar. Y así, de tiempo en tiempo, repasaba lo que tenía, añadía cosas, definía el aspecto de los protagonistas…”

“Hasta que un día me di cuenta de que era una historia perfecta para ensamblar varias ideas distintas que me rondaban por la cabeza, como la de hacer un libro alfabético. Le di una vuelta, vi que todo encajaba perfectamente y me puse a desarrollarlo completamente”.

¿Quiénes son Hipo y Gavante? ¿Por qué optaste por estos dos “animales”? “Hipo es un hipopótamo que, aburrido de estar siempre en el mismo recodo del río, decide tomarse unas vacaciones para conocer otros lugares. Opta por viajar al mar, porque viendo fotos le ha llamado la atención esa enorme masa de agua. Y allí, disfrutando de la ligereza que proporciona el agua salada, se topa con un bogavante que vive por los alrededores. Deciden hacerse amigos como se hacen estas cosas: por que sí. Y comienzan a funcionar juntos, lo que no siempre es fácil…”

“En cuanto a la elección de estos animales… Normalmente, lo primero que me aparece no es una historia, sino algún personaje concreto y particular que comienza a rondarme y provoca el posterior desarrollo de la acción. En este caso, fue Gavante quien puso todo en marcha, naciendo a partir de una conversación, digamos, gastronómica. Al día siguiente escuché una noticia sobre los suplementos a pagar por ocupar los asientos situados junto a las salidas de emergencia en los aviones y pensé en lo mal que lo tendrían los hipopótamos, condenados a pagar siempre de más para poder viajar sin apretujarse. Y así, sin más, se enlazaron los dos personajes y dieron lugar a la historia”.

¿Tú eres más Hipo o Gavante? “No sabría qué decirte… Aunque una cosa sí está clara: Gavante y yo compartimos una cierta afición, a veces desmedida, por el café…”

La rima es una de las protagonistas de esta extravagante historia. ¿La habías utilizado antes en alguna publicación? “Me gustan mucho los cuentos rimados, los romances, los juegos de lenguaje y las retahílas infantiles que se apoyan en el sonido de las palabras. A la hora de contar historias de viva voz, es un recurso que me encanta utilizar. Y, aunque no lo había usado en otros libros, en éste me pareció un recurso ideal, imprescindible y divertido para favorecer el juego de completar el texto usando las iniciales del alfabeto”.

“De ahí que suela recomendar que este libro se lea en voz alta: el sonido de la voz refuerza el ritmo y ayuda a disfrutarlo. Además, así puede compartirse la lectura, que es una de mis intenciones principales casi siempre que planteo un libro”.

¿Cómo escogiste las palabras? Esas que aparecen tendidas…. ¿Con cual te quedas? “Las palabras que completan la historia nacen, en realidad, no de una elección aislada, sino de una serie de condicionantes que el propio proyecto impone: en cada caso debían empezar por la letra del alfabeto correspondiente. Además, debían respetar la rima que proponía el texto de cada página. Por último, era imprescindible que hiciesen avanzar la historia, que tuviesen una relación más con lo que pasa en el relato que con una imagen concreta que pudiese verse al lado. Teniendo esto en cuenta, en algunas ocasiones la palabra casi no podía ser otra que la elegida”.

“Puestos a quedarme con alguna, creo que elegiría “ufano”, una palabra muy precisa, no demasiado utilizada habitualmente y que defiende muy bien la idea que tengo a la hora de pensar en el libro infantil como un vehículo para ampliar horizontes –también en forma de vocabulario- en lugar de para repetir cosas que ya sabemos”.

¿Qué nos cuentas de las ilustraciones? ¿Están en la línea de trabajos anteriores o hay algo diferente? “Para este proyecto, en el que era muy importante mantener una cierta separación física entre el texto y la imagen, decidí utilizar viñetas que mantuviesen, casi siempre, idéntica disposición y tamaño. Quería también forzarme a usar una herramienta sencilla, que me pusiese en la situación de intentar explotar al máximo un recurso mínimo, obligándome a buscar soluciones diferentes en cuanto a composición, proporciones, tamaños o texturas, casi como si fuese un ejercicio de estilo. Eso me permitía también incorporar detalles muy pequeños que salpicaran la historia principal con otras tramas secundarias y con guiños al lector que se anima a bucear por segunda o tercera vez en una ilustración”.

“Luego, a la hora de buscar el color, la acuarela ofrecía la combinación perfecta, proporcionando un contrapunto de frescura que enriquecía y hacía de contrapunto a lo definido de la línea sola. En ese sentido, sí que hay algunas conexiones con trabajos anteriores. Pero, en cualquier caso, suelo cambiar bastante de modo de hacer en cada proyecto. Pienso que cada idea necesita un ambiente diferente, una presentación lo más adecuada posible a los intereses que cada historia concreta plantea. Y me gusta mucho experimentar y tratar de variar el lenguaje empleado en función de esas distintas ideas. De ese modo cualquier trabajo incorpora una carga de análisis y de reto personal que me resultan muy estimulantes, además de que me divierto más probando cosas distintas. Soy muy de ir variando…”

¿Con qué técnica están hechas? ¿Es la que usas habitualmente? “La técnica para Hipo & Gavante es sencilla: rotulador fino y acuarela. Aunque, eso sí, para buscar una mayor frescura en ésta, trabajo por separado ambos procesos y luego los uno digitalmente. Habitualmente, lo que más me gusta usar es un sencillo lápiz. Creo que no hay nada con mayor versatilidad que este sencillo elemento. Trabajo también bastante con óleo, con rotulador y, por supuesto, con el ordenador. Pero a la hora de abordar un proyecto nuevo, como te comentaba más arriba, pienso en la técnica más adecuada y no me importa utilizar cualquier otra en función de lo que quiera conseguir”.

¿Qué te gusta más o con qué disfrutas más: escribiendo, ilustrando o contando? “Pues mira, cada disciplina tiene su interés, que es único. De modo que no podría compararlas para elegir. Escribir e ilustrar comparten, en cierto modo, ese nivel de tranquilidad e intimidad en casa, ese aspecto un tanto alquímico de estar encerrado inventando mundos, haciendo aparecer personajes y lugares ante los propios ojos, bien con palabras, bien con dibujos”.

“Contar viene a ser lo mismo, sólo que, en lugar de hacerlo solo, lo haces compartiendo todo en el mismo instante con las personas que tienes contigo y que, a menudo sin saberlo, intervienen también en la creación de la propia historia. Cada manera es interesante por lo que tiene de específico y a mí me gusta hacerlas todas…”

¿Qué te parecen iniciativas nuevas a nivel de edición como la de Canica Books? “Interesantes y necesarias. Creo mucho en las editoriales que parecen pequeñas por su infraestructura, pero que son grandes en la capacidad de elegir, buscar y apostar por trabajos con fuerte personalidad, ya sea a nivel de historias, de estética o de idea de libro. Iniciativas así favorecen, además, un contacto entre editorial, librería, autores y público que resulta enormemente estimulante para todos”.

¿En qué estás trabajando ahora? “Ahora mismo tengo varias cosas entre manos: estoy ultimando las ilustraciones de “Brazos Largos” un texto entrañable de Jackeline de Barros, para Canica Books; también está casi listo un libro muy particular que he basado en un brevísimo cuento popular llamado “La Vaca Victoria” y que saldrá este otoño con la editorial Milrazones; y espero ansioso la llegada inminente de “Polvo de Roca”, una historia a la que en esta ocasión ha puesto imágenes otra persona, la ilustradora francesa Gèraldine Alibeu y que edita A buen Paso”.

“En cuanto todo esto esté listo, me espera mi tercera colaboración con Óscar K., un autor danés muy reconocido y con el que es un verdadero lujo trabajar. Hay más cosas en el horizonte, pero ya te las iré contando en otra ocasión…”

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