Miguel Fernández y “A las cinco de la tarde”: “Hemos salido de los umbrales del género negro para adentranos en mundos más luminosos, de ahí la utilización del color y menos relevancia en cuanto a sombras se refiere”

Miguel Fernández y “A las cinco de la tarde”: “Hemos salido de los umbrales del género negro para adentranos en mundos más luminosos, de ahí la utilización del color y menos relevancia en cuanto a sombras se refiere”

En el verano de 1921, el Desastre de Annual donde los rifeños marroquíes matan a más de 10.000 soldados españoles, pone en el punto de mira del descontento popular a la monarquía de Alfonso XII y las clases dirigentes. En este año, nace el protagonista de nuestra historia, un niño que acabará haciendo realidad su sueño, ser matador de toros.

“A las cinco de la tarde”, editada por Diábolo Ediciones, es una novela gráfica sobre el nacimiento y la vida de un torero y un viaje por varias décadas de la historia de nuestro país. Manuel López Poy y Miguel Fernández Vázquez están detrás de esta historia, una novela gráfica ambientada en el mundo de los toros. Con Miguel hemos hablado de sus dibujos para este trabajo.

“El proyecto surgió de la mano de Lorenzo, el editor, que le propuso a Manolo L. Poy la idea de hacer un cómic sobre toros. El padre de Lorenzo había sido torero durante la España de postguerra. Una época en la que en España había mucha miseria y a los toreros jóvenes no se les daban muchas oportunidades, por lo que hizo las américas y triunfó. Al mismo tiempo Lorenzo le dijo a Manolo que tenía mucho material gráfico (fotos, carteles, recortes de prensa) y que era una pena el no aprovechar todo ese material para hacer algo de ficción”.

“Lorenzo, una vez que decidieron echarse a andar con el proyecto, preguntó a Manolo si había pensado en alguien para ocuparse de la parte del dibujo y Manolo le habló de mi, debido a que ya teníamos una buena dinámica de trabajo conjunto adquirida en proyectos anteriores”.

¿Que nos contais en “A las cinco de la tarde”? “La historia de un chico de pueblo que tiene la firme convicción de hacerse figura del toreo en la España de postguerra. Esa ilusión será tan fuerte que guiará sus pasos a lo largo de su vida haciéndole superar adversidades, así como correr aventuras dentro y fuera de España”.

“Es mi primera novela gráfica en color, puesto que mis trabajos anteriores habían sido siempre en blanco y negro. En el blanco y negro el único recurso expresivo es la mancha de tinta. Cuando se trabaja en color es la combinación con la mancha lo que tiene que comunicar algo. Pasa algo similar entre la fotografía en blanco y negro y la fotografía en color. Son lenguajes diferentes y se apoyan en cosas diferentes. A la hora de concebir los dibujos también es diferente, porque si me paso con la tinta estorbará al color. Lo que soluciona cosas en el blanco y negro entorpece en el color y viceversa. Por ejemplo: en blanco y negro utilizo texturas que evocan una sensación o un determinado clima o atmósfera, por el contrario, en el color eso tengo que aplicarlo de modo diferente porque quizás lo único que consiga con esa textura es que al sumársela al color no aporte más que una suciedad nada estética. Al mismo tiempo el dibujo para color ha de estar concebido con más detalle, ya que, las sombras negras no han de tener tanto protagonismo y yo tengo una tendencia natural hacia el expresionismo. Si fuese así lo único que estaría haciendo es darle color a un cómic en blanco y negro”.

“Otra cosa novedosa es la temática. Hemos salido de los umbrales del género negro para adentranos en mundos más luminosos, de ahí la utilización del color y menos relevancia en cuanto a sombras se refiere”.

“Conozco gente que dibuja y entinta directamente en el ordenador. En cambio yo soy bastante clásico en cuanto a método de trabajo. En la primera fase trabajo de un modo muy similar a como se desarrollaría un story board para cine o animación (vengo de ese campo). Es decir, hago mis primeras anotaciones en el guión escrito, con garabatos que sólo entiendo yo a pie de las acotaciones y los diálogos con lo primero que me viene a la mente. Luego paso esos primeros garabatos tomados en el propio guión al tamaño definitivo del cómic para saber si la asociación entre planos funciona. Sería algo así como la fase de etalonaje o primer montaje que sirve para descartar cosas que no funcionan en el cine y quedarse con lo que de verdad resulta. Una vez que tengo claras las viñetas (planos) que van a ir, es cuando hago el abocetado a lápiz definitivo y posteriormente aplico la tinta a mano. Yo el ordenador lo utilizo para: escanear los originales, terminar la mancha de tinta, dar el color, meter las texturas adecuadas y por último meter los textos. El resto del trabajo lo realizo a mano. O sea, aboceto a lápiz y entinto con pinceles y rotuladores”.

¿Cómo ha sido el proceso de creación de este trabajo? “Para mi ha sido un reto el salirme un poco del lenguaje “noir”. Así como trabajar por primera vez en color y dibujar animales de gran plasticidad como los toros o los caballos. El mundo taurino en general tiene un gran potencial a nivel estético. Es una de las plasmaciones más precisas de la representación de un clásico como es el duelo entre la vida y la muerte, es por esto mismo que tiene un gran poder evocador”.