Miguel Ángel Sánchez sobre “Don Clemente”: “He recurrido a la autoedición por convicción. Es un canal que te da toda la libertad para controlar la evolución de tu proyecto”

Miguel Ángel Sánchez sobre “Don Clemente”: “He recurrido a la autoedición por convicción. Es un canal que te da toda la libertad para controlar la evolución de tu proyecto”

“Cada mañana, Don Clemente, va al trabajo rápidamente. Su trabajo es especial, su trabajo es diferente… ¿En qué trabaja Don Clemente?” “Don Clemente, un trabajo diferente” es un libro, un cuento, un álbum ilustrado, una bonita historia dirigida a niños y mayores. Nos habla sobre la vida de barrio, el tejido social, el pequeño comercio y las relaciones humanas que aglutinan todo el conjunto.

Ideal para leer antes de ir a dormir, para empezar el día con alegría, para regalar y para recomendar. Su autor, Miguel Ángel Sánchez, nos habla de este proyecto autoeditado. “Corría el año 1997. Yo vivía en Valencia, donde acababa de terminar mis estudios de Bellas Artes, y mientras pensaba la manera de ganarme la vida me dio por hacer un par de historias”.

“La primera fue ‘Canción de la vida alegre’, una breve gamberrada en verso inspirada en el monólogo del protagonista de ‘La Vida es Sueño’. La moraleja venía a decir que hay que sacar el máximo partido a lo que se tiene (sea mucho o poco) para ser feliz. Uno de esos pequeños placeres, accesible a todo el mundo, es poder pasear por tu barrio saludando con alegría a tus vecinos, y de ahí salió la historia de Don Clemente”.

“La primera maqueta (la del 97) era un librillo de apenas 8 x 7 cm y 16 páginas. Enseguida empecé a trabajar como diseñador gráfico y me olvidé de dibujar. Por supuesto, ni pensar en álbum ilustrado. En el 2000 vino el boom de Internet y las ‘.com’ y había muchísimo trabajo. Para el diseño se utilizaban bancos de imágenes fotográficas y la ilustración estaba reservada para temas infantiles. Pero lo infantil no era ‘cool’, claro, así que ni caso. Este escenario sirve para explicar por qué Don Clemente estuvo guardado 13 años en un cajón”.

“En 2008 me cansé de diseñar páginas web y decidí dejarlo para volver a dibujar y probar suerte con la ilustración. Empecé con proyectos personales, pequeños trabajos, etc. Y un día oí una voz saliendo de un cajón que decía: ‘Sácame de aquí, pedazo de animaaaal!’ Tuve que pedir perdón a Don Clemente y reconciliarme con él. Y pensé que ya era hora de terminarlo. Durante tres años fui haciendo bocetos, terminando la historia, probando técnicas, personajes, etc. Eso sí, sin prisas”.

“Mientras tanto fui haciendo cursos de ilustración, me hice socio de APIM (la Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid), me enteré de cómo estaba el mercado editorial y fui conociendo a varios insurgentes que me hablaron de autoedición. Y finalmente fue en 2012, aprovechando un parón de trabajo, cuando terminé la historia de Don Clemente”.

“Don Clemente es la historia de un señor elegante, simpático, y lleno de energía, que todas las mañanas pasea por su barrio saludando a todo el mundo. De esa manera consigue que todos comiencen el día con alegría. Ese es el hilo conductor, pero detrás está lleno de pequeños mensajes, por ejemplo: que todas las personas y todos los oficios tienen algo bueno que destacar, se habla del comercio de barrio, de la vida en las calles, de las relaciones de vecinos, de la bici como medio de transporte, de los señores banqueros (que hoy son algo y mañana pierden su sombrero), de lo feliz que puedes ser si te gusta tu trabajo, etc. Bueno, esos detalles que nos hacen más humanos”.

¿Cómo definirías las ilustraciones? “Es una línea limpia, con influencias de la Escuela Valenciana, colores vivos, mediterráneos, y dibujo casi esquemático, sin artificios. Pero sobretodo intento que sean alegres y simpáticas, ‘que se hagan querer’”.

“El primer boceto-dibujo es siempre a mano, luego lo escaneo, hago el dibujo final con illustrator, y termino la composición y los retoques en Photoshop. Casi siempre trabajo así. Otras veces me salto el paso de illustrator y lo hago directamente en Photoshop. Pero el primer paso, de lápiz y papel, es imprescindible”.

“La autoedición es un canal que siempre ha existido, pero ahora con Internet sus posibilidades se han multiplicado. Lo más complicado de un proyecto autoeditado era la distribución, pero Internet soluciona el problema en gran medida. Puedes vender tu trabajo en todo el mundo. Algunos Don Clementes se han vendido ya en México, Brasil y Perú, y eso nunca habría sucedido con una distribución tradicional a nivel nacional”.

“He recurrido a la autoedición por convicción. Es un canal que te da toda la libertad para controlar la evolución de tu proyecto. Sobre este tema se podría hablar mucho más, largo y tendido”.

http://donclementeblog.wordpress.com/

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