Marta Comín suben y bajan

Hay cosas que siempre bajan, como los frutos maduros; otras, en cambio, siempre suben. Pero también hay cosas que a veces suben y otras bajan. En cierto casos puedes prever el porqué, en otros no. ¿Cuál es la relación entre las acciones de subir y bajar? ¿Se puede dar una sin la otra? Marta Comín, la autora de ‘Suben y bajan‘, a través de dibujos que desentrañan la relación entre estas dos acciones, en realidad está explorando el principio taoísta de la dualidad. Con estas palabras nos presenta la editorial A buen paso este álbum ilustrado. Con su autora hemos charlado sobre este proyecto.

Marta Comín suben y bajan

¿Cómo nace este proyecto? Marta Comín: “Hace ya un tiempo que tenía la idea de hacer un álbum infantil que hablara de la dualidad: las dos fuerzas opuestas y complementarias que se encuentran en todas las cosas. Me parecía un tema potente, complejo y sencillo a la vez, lleno de posibilidades gráficas y poéticas. En su libro Los orígenes del pensamiento en el niño, Henri Wallon decía “el pensamiento se forma por parejas. La idea de “blando” no surge ni antes ni después que la idea de “duro”, sino simultáneamente, por medio de un enfrentamiento que es generación”.

“También Paul Klee apuntaba en su Teoría de la forma y la representación que “el concepto es imposible sin su contrario”. Muchos, muchos años antes Lao Tse mencionaba esto mismo en el Tao Te Ching: “cuando las personas llegan a saber lo que es bello, aparece también la noción de lo feo” (cap. II); “se moldea la arcilla para hacer la vasija, pero de su vacío depende el uso de la vasija” (cap. XI) -nos cuenta Marta Comín-“.

Marta Comín suben y bajan

Háblanos un poco de ese texto filosófico, Tao Te Ching, que está en el origen de este libro. “El Tao Te Ching es el texto filosófico sobre el que se funda el taoísmo. Lo leí por primera vez hace unos once años. Los capítulos II y XI, que hablan respectivamente sobre la dualidad y la relación entre materia y vacío, son dos fragmentos que, desde entonces, quedaron rondando en mi cabeza y a los que he acudido con regularidad -afirma Marta Comín-. Los primeros años que estudié Bellas Artes fueron un tema recurrente en mis prácticas escultóricas. Ahora que me dedico a la ilustración pensé: ¿cómo podrían traducirse gráficamente?

Háblanos un poco del proceso de elaboración de este proyecto. “El primer paso fue pararme a pensar cómo se manifiesta esa dualidad: luz-sombra, frío-calor, cerca-lejos, lleno-vacío, subir-bajar, muerte-nacimiento, triste-contento, etc. Me di cuenta de que las acciones de subir y bajar son cíclicas, fácilmente observables en el entorno cotidiano de un niño y un ejemplo claro de que cualquier concepto puede ser visto como su contrario si se lo mira desde otro punto de vista -asegura Marta Comín-. Estos dos movimientos, a su vez, están ligados a otras muchas dualidades (por ejemplo: las cremalleras suben cuando la temperatura baja). Por todas estas cuestiones decidí centrarme en este único fenómeno”.

Marta Comín suben y bajan

“Una vez acotado el tema, me dediqué a observar -prosigue Marta Comín-. En el taoísmo la dualidad se representa con el símbolo del yin-yan: un círculo que contiene dos fuerzas idénticas e inversas que suman la totalidad. Decidí que “Suben y bajan” tenía que ser un libro cuadrado y que debía haber un diálogo de contraposición entre las páginas enfrentadas. En este diálogo aparecen relaciones de semejanza, simetría o movimiento. Lo que en una página es fondo en la siguiente es figura, y viceversa. También pensé que, para reforzar la idea de “lo cíclico” era muy importante que el libro empezara y terminase de la misma manera. Decidí, pues, limitar el campo de observación a las horas que transcurren entre el amanecer y el anochecer. Durante un tiempo reuní muchísimas observaciones, ¡suben y bajan tantas cosas! Me fui quedando con aquellas que me llevaban a soluciones interesantes”.

Marta Comín suben y bajan

“Hace seis meses, en la Feria del Libro Infantil de Bolonia, tuve la suerte de conocer a Arianna Squilloni. Le mostré el proyecto y conectó rápidamente con él. Esto fue un regalo. Unas semanas después nos pusimos a trabajar. Fue un proceso precioso. Sus consejos fueron muy útiles, especialmente a la hora de hilar una voz narrativa que diera sentido y unidad a toda la fenomenología reunida. La portada fue lo último que decidimos. Barajamos varias posibilidades. En el interior del libro hay un gato que nos muestra cómo también las emociones suben y bajan. Se me ocurrió que sería simpático y coherente que este gato protagonizara la cubierta haciendo el maneki neko: el popular amuleto japonés que se coloca en la entrada de las casas y negocios para invitar a entrar y atraer la prosperidad. En este caso el gato, en lugar de agarrar la moneda de oro (koban), sostiene un cuenco de comida vacío mientras el otro brazo sube y baja para atraer comida. ¡Y lectores espero!”

Marta Comín suben y bajan

¿Qué se van a encontrar los lectores en sus páginas? “Suben y bajan es un libro de descubrimiento para todas las edades. Un “paseo” por hechos cotidianos y sencillos sobre los que no solemos pararnos a pensar. Siento que es un libro cercano y poético que al final de su lectura te deja una sonrisa. La narración, además, tiene varias capas de lectura: esto invita al lector a tomar una parte activa -asegura Marta Comín-“.

¿Qué nos cuentas de las ilustraciones? ¿Qué dirías que tienen de característico? “En las ilustraciones de “Suben y bajan” hay un trabajo exhaustivo de síntesis: quería generar imágenes muy claras y directas que narrasen con el mínimo número de elementos posibles. La síntesis, según cómo se trabaje, puede resultar conceptual y fría. Pero en este caso está trabajada desde el collage cromático, que le da un trazo muy amable. Como ya he mencionado, las imágenes tienen varias capas de lectura. A lo largo del libro se suceden las metáforas visuales en las que un elemento idéntico se repite en las dos dobles páginas. Por ejemplo: el árbol y el cuerpo de la pata. Ambos son dos cuerpos fértiles que dan “frutos”. “Dar frutos” nos habla de una nueva vida, un nacimiento, un nuevo día. En cierto punto del libro, la voz narradora hace una reflexión: se da cuenta de que “todo depende de cómo lo mires”. A partir de ahí, el juego visual hace un guiño más directo a la simetría inversa del yin-yan”, nos comenta Marta Comín.

Marta Comín suben y bajan

¿Con qué técnicas trabajaste? “Hay una primera fase de ideación en la que voy anotando ideas en un cuaderno. Me gusta utilizar un rotulador negro y papeles recortados para plantear esquemas compositivos, etc. Una vez tengo claro por dónde van a ir los tiros me paso al ordenador. Defino la paleta cromática y empiezo a hilar todo el story. Primero con muy poca definición y más tarde de manera más afinada. Si me atasco con alguna solución vuelvo al cuaderno, y de nuevo al ordenador. Y así”.

¿Qué has aprendido con este proyecto? “¡Todo! Me explico. Partes de una idea, te marcas unas pautas, pero no hay un programa y desde luego no conoces el final. Es incierto y maravilloso. Porque no se trata de “ejecutar” sino de ”vamos a ver a dónde me lleva esto” en un proceso de “ensayo-error”. En este sentido, yo sabía lo que quería contar pero no tenía ni idea de cómo hacerlo. Como tampoco imaginé que me iba a encontrar con alguien que abrazara este proyecto con tanto entusiasmo. Ya lo he dicho y lo repito: contar con la visión y experiencia de Arianna Squilloni y Miquel Puig ha sido toda una suerte”.

¿En qué andas ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy muy ilusionada trabajando en varios álbumes de los que todavía no puedo hablar. ¡Tengo que morderme la lengua! Lo que sí puedo contar es que gracias a L’Agrume habrá un “Suben y bajan” francés”.