María Pascual y “¿Sales a jugar?”: “Por encima de todo, he buscado implicar al lector y que vea reflejados sus propios juegos. De ahí que el espacio trate de ser lo menos descriptivo posible, que el tiempo que transcurre sea indeterminado”

María Pascual y “¿Sales a jugar?”: “Por encima de todo, he buscado implicar al lector y que vea reflejados sus propios juegos. De ahí que el espacio trate de ser lo menos descriptivo posible, que el tiempo que transcurre sea indeterminado”

Desde que vimos la portada de este libro, sabíamos que teníamos que preparar algo. Y cada vez que veíamos una de sus ilustraciones, nos quedábamos más prendados del mismo. Así que, contactamos con su autora, María Pascual, a la que agradecemos que haya contestado a nuestras preguntas. “¿Sales a jugar?” te trae a la memoria tu infancia, tus amigos, tus juegos, y lo hace con unas ilustraciones y un ambiente con el que te acabas identificando…

¿Cómo nace este proyecto? “Fue un proyecto personal que partió de la observación de los juegos de los niños y del recuerdo de los juegos que yo practicaba en mi plaza. En principio iban a ser una serie de tablas de madera donde quería representar de manera secuenciada los juegos tradicionales y las diferentes maneras de jugar de los niños que se repiten a lo largo de la historia y por muchísimos países: el tramposo, el competitivo, el despistado, el justiciero, el bruto… Patricia Metola vio las primeras tablas y fue quien me sugirió que fueran el germen de un libro que desde ese momento tuvo su casa en Narval“.

Por el título nos podemos ir haciendo una idea, pero ésta puede estar equivocada, así que, ¿qué nos cuentas en este libro? “Muchas cosas, pero todas giran en torno a los juegos de toda la vida que poco a poco parece que se están perdiendo. Es mi reivindicación de los juegos en la calle y una llamada a la acción que pinche a salir a jugar después de entrar a escudriñar/curiosear el libro”.

“Hablo del tiempo y el espacio del juego libre, dos cosas que niños y mayores deberíamos de recuperar. Trato de considerar el juego desde dentro y me gustaría que el libro conectara con la manera de jugar y los recuerdos de cada lector. Que incite a compartir las historias que cada uno tenemos como jugadores: las reglas que acordamos con nuestros grupos de amigos, trucos, dónde jugamos, de quiénes los aprendimos…”

¿Qué hay de María en la historia? “Mucho, mi propia experiencia como “jueguista” absoluta, los amigos con los que compartí estos juegos, el sentido del humor, mi tendencia a ser abducida por el tiempo de juego cuando me embarco en mis proyectos, mi capacidad de transformarme en cosas, mi búsqueda de diferentes lecturas cada vez que reviso un libro… Pero por encima de todo, he buscado implicar al lector y que vea reflejados sus propios juegos. De ahí que el espacio trate de ser lo menos descriptivo posible, que el tiempo que transcurre sea indeterminado, como el del propio juego y que los personajes sean casi arquetipos/roles de jugadores a los que cada cual pueda poner sus propios nombres de acuerdo con sus experiencias, aunque para mi tengan nombres, vínculos, personalidades e historias muy concretas”.

¿Cómo ha sido el proceso de creación del mismo? “Yo soy de cocina lenta y he estado trabajado más de dos años en este libro, leyendo grandes autores que han escrito sobre el juego, como Huizinga, Ana Pelegrín, Maurice Sendak, Carlos Pérez, Roy Kozlovsk, A. S. Neil, Lady Allen…, observando y escuchando el juego de los niños, revisando fotos de niños jugando en todas las épocas y lugares del mundo. Es curioso comprobar cómo compartimos las mismas expresiones y si sólo nos detenemos en esos detalles, sin fijarnos en la indumentaria, esa distancia temporal y espacial desaparece por completo durante el juego”.

“Uno de los hallazgos que más me han asombrado fue el descubrir los orígenes tan remotos de estos juegos, ¡algunos como el “churro va” nos llevan acompañando desde Egipto! El nexo común entre los juegos que reúne el libro es que todos son juegos de calle que requieren de los elementos más sencillos para poder jugar: compañeros de juego y una pared, un árbol, un pañuelo, una pelota, o una cuerda. Además de la edad del grupo de jugadores, entre los 5 y los 10 años, que corresponde con las edades de los vecinos que nos reuníamos a jugar a esos juegos en mi plaza”.

“Una vez que todo estaba hilvanado, ha sido muy enriquecedor poder intercambiar ideas y contar con la complicidad de profesores de primaria como Olga Cobo, que me facilitó redacciones de niños hablando sobre sus juegos, o con las suculentas charlas con Gustavo Puerta, Ellen Duthie, Raquel Martínez, Miguel Hernández y un largo etcétera que me han ayudado a pulir detalles e ir un paso más allá. Algo complicado pero imprescindible ha sido el descartar todo aquello que no fuera esencial o interrumpiera la fluidez del libro. Tenía que funcionar como una ventana desde la que observar el juego libre de los niños”.

¿Qué tienen de característico las ilustraciones de este proyecto? “Por sí solas son fragmentos de historias que muestran diferentes juegos con un ritmo muy estudiado. Permiten tanto una lectura lineal en la que reconocer cada juego, como relecturas observando el comportamiento de cada uno de los personajes o los pequeños detalles que van desvelando historias paralelas que iréis descubriendo”.

¿Hay muchas diferencias respecto a otros trabajos o a otras de tus ilustraciones? “Para mí cada proyecto es una nueva inmersión donde planteo en primer lugar lo que quiero contar y después, la manera que considero más adecuada para que esa historia funcione como una unidad donde cada pieza encaje con el resto. Como ejemplo de alguno de las particularidades de este libro, normalmente trabajo la caracterización de los personajes a partir de personas reales que me aportan cantidad de detalles y referencias concretas”.

“En “¿Sales a jugar?”, cada uno de los protagonistas han surgido de la investigación y selección de varios niños que para mi representaban una manera de ser y entender el juego. A partir de ese hilo conector, fui modelando todo tipo de detalles hasta configurar personajes muy verídicos: sus gustos, reacciones, familia, relaciones entre ellos… El reto que me ha dado más respeto en este libro es que por primera vez he abordado un texto propio”.

¿Con qué técnica trabajaste las ilustraciones de este libro? “He trabajado con grafito, guache, acrílico y collage sobre madera”.

¿Es la técnica con la que te encuentras más cómoda? “El grafito es una herramienta fundamental para mi y tenía muchas ganas de recuperar la madera como soporte. Es un material con el que he trabajado mucho y que tiene enormes posibilidades plásticas y comunicativas. Sin duda he disfrutado un montón con esta técnica, aunque algo que necesito es dejarme llevar por las necesidades específicas de cada proyecto”.

¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo a la vista? “Empezar a investigar sobre el juego me ha marcado a fuego y es una temática que necesito explorar en profundidad y que determinará varios proyectos futuros.
Además, me interesa mucho la colaboración con profesionales de otras disciplinas. Estoy elucubrando planes con un gran veterinario, José Sampayo y otro de los proyectos más motivadores que ya llevamos tiempo moldeando, es con la bailarina y coreógrafa Irene Cantero, con quien he preparado “Remover para ilustrar”, un taller de este Ilustratour 2015 en el que participa el Centro Nacional de Danza, en el que proponemos experimentar las enormes posibilidades que tiene aunar danza e ilustración para descubrir nuevos procesos creativos y comprobar cómo moviendo mi cuerpo puedo “mover” mis dibujos (http://www.ilustratour.es/campus/)”.

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