Leire Salaberría y “Feroz, el lobo”: “La versión de Margarita es genial. La forma de mezclar el terror y el suspense con su humor tan particular. Me gusta mucho cómo se expresan sus personajes, con ese toque irónico y gamberro…”

Leire Salaberría y “Feroz, el lobo”: “La versión de Margarita es genial. La forma de mezclar el terror y el suspense con su humor tan particular. Me gusta mucho cómo se expresan sus personajes, con ese toque irónico y gamberro…”

Feroz, el lobo, había pasado toda la noche deambulando por el bosque. Estaba tan ocupado que ni había tenido tiempo de aullar a la luna, algo imprescindible en la vida de un lobo.

En cuanto se despierta, Feroz se arregla y, hambriento, sale apresurado en busca de Caperucita. Pasa por la casa de la abuela, de la madre y finalmente por la de los tres cerditos. Pero, no solo no da con ella, sino que lo increpan, le lanzan una jarra de agua y un ladrillo. Magullado, cojo y con hambre de lobo, se adentra en el bosque, donde por fin la encuentra. Con cautela, se acerca a ella, pero Caperucita se asusta y, al gritar, un cazador dispara a Feroz, que cae al suelo…

Así nos presenta OQO a “Feroz, el lobo”, una historia de Margarita del Mazo que ilustra Leire Salaberría. Con ésta última hemos hablado un poco más de este proyecto, de esta versión diferente del cuento.

¿Qué te pareció esta “versión” de Caperucita que nos hace Margarita? “La versión de Margarita es genial. La forma de mezclar el terror y el suspense con su humor tan particular. Me gusta mucho cómo se expresan sus personajes, con ese toque irónico y gamberro… Me hace reír mucho”.

¿Con qué técnica trabajaste las ilustraciones en esta ocasión? “Acrílico. Como en esta ocasión la fecha de entrega no era tan ajustada me apetecía tomarme mi tiempo con los pinceles y crear unas escenas más trabajadas. Con esta técnica me siento muy agusto, me relaja mucho. Supongo que es por todos esos años pintando en las clases de pintura y en Bellas Artes”.

¿Cómo describirías a tu lobo y a tu Caperucita? “Un lobo no tan lobo-feroz y una Caperucita un poco loba”.

¿Es más difícil trabajar con personajes que, aunque diferentes por la historia que se cuenta, son muy conocidos? “He trabajado de la misma manera que cuando los personajes no son conocidos. Aunque la historia de Caperucita la he leído mil veces de formas muy diferentes no tenía ninguna imagen de ningún libro referente que se hubiera quedado en mi mente. Así que me sentí muy libre de crear a mis propios personajes, los que pedía la versión de Margarita”.

“Los primeros bocetos de personajes que hice fueron descartados y evolucionaron en los que son ahora. Al principio no acababa de encontrar al proyecto el tono que necesitaba. Tiré demasiado hacia un lobo no tan feroz, más bobalicón y demasiado cómico. Luego el trabajo fue hacerlo más malo y terrorífico. Y en el caso de Caperucita ocurrió algo similar, en los primeros bocetos era demasiado niña, y estos personajes se acercaban más a la adolescencia”.

¿Qué supuso que tus ilustraciones fuesen reconocidas en Sharjah? “Un reconocimiento así siempre es una gran alegría, y es un punto de inflexión en tu trabajo, te anima a seguir adelante con más fuerza, además de ser una ayuda económica. Aun así, lo más importante no es lo que piense un jurado concreto sobre tu trabajo, cada uno tiene su juicio personal, es más importante lo que sientes tú mismo cuando acabas un proyecto. Tú mismo eres el que tienes que creer en tu trabajo. En los premios se mezcla la suerte con el gusto personal del jurado y el resultado de un buen trabajo. Seguramente, bastaría que se cambiara una persona de ese jurado para que se cambiaran las elecciones para los finalistas. Tampoco hay que cegarse demasiado en si ganas o no algo. Pienso que el trabajo duro es el que te trae más trabajo, no un premio”.