Las ilustraciones de David Pintor para el libro Gulliver travels, de la editorial coreana Agaworld, y que en España ha editado Bululú, han sido galardonadas con uno de los premios especiales del jurado del Concurso internacional de Ilustración Nami Island, en Corea del Sur. Han sido más de 600 propuestas de ilustradores de los 5 continentes las que han participado en el certamen.
Las ilustraciones premiadas estarán expuestas del 25 de abril al 31 de mayo, durante la sexta edición del Festival del libro ilustrado de Nami Island. Además se editará un catálogo con los ilustradores premiados. Nosotros hemos charlado con David Pintor sobre este galardón y también de otras buenas noticias que han acontecido recientemente.
“Ser premiado siempre es muy agradable. Es muy satisfactorio que tu trabajo sea valorado en certámenes internacionales, porque esto facilita la posibilidad de recibir encargos de todo el mundo”, nos dice David.
“Este libro es un encargo de la editorial coreana Agaworld, con la que llevo colaborando desde hace un par de años. Forma parte de una colección de clásicos de la literatura universal, en la que ya había ilustrado “El Principito” y “El Cascanueces”. Agaworld es una editorial muy interesante, muy respetuosa con el trabajo del ilustrador, y que siempre trata de explorar nuevos formatos en el campo del libro ilustrado. En este caso, la propuesta era muy atractiva, porque se trataba de un libro-acordeón que se iba desplegando mientras se abría. Fue todo un reto, pero creo que al final el resultado fue muy espectacular. En España fue la editorial Bululú quien editó el libro, pero ya en formato tradicional”.
“Lo más complicado fue adaptarse al formato. Las ilustraciones debían funcionar por separado, pero también en conjunto. Fue desde el principio un auténtico reto, pues nunca me había enfrentado a algo así. Pero la verdad es que me encanta que me pongan a prueba, y al final tengo que reconocer que disfruté muchísimo con el proyecto. En un momento como el actual, se echan de menos más apuestas por nuevos formatos de libro ilustrado, de libro-objeto, se echa de menos más juego, más experimentación, nuevos retos…”
“El dibujo lo hice con rotulador sobre papel. El color es digital”.
David Pintor es uno de los dos ilustradores seleccionados este año para la Feria de Bolonia, junto con Violeta Lópiz. ¿Cómo te sientes? “Pues muy contento. Es la cuarta vez que estoy seleccionado en la muestra de la Feria, pero este año va a ser muy especial para mí. Tendré una actividad bastante frenética en Bolonia. Aparte de estar en el catálogo oficial, tambien estoy seleccionado en la muestra de ilustración “Le immagini della fantasía”, que cada año se organiza en la ciudad italiana de Sàrmede y que también acudirá a Bolonia. Además, soy el autor de la portada y de varias ilustraciones de un libro de fábulas tradicionales rusas que acaba de editar una editora italiana, y que se presentará en la Feria. Por último, el miércoles estaré en el stand de la editora italiana Lapis firmando ejemplares del libro que acabo de publicar en esa editora”.
“Además, espero tener tiempo para ver a muchos amigos ilustradores que conozco a través de las redes sociales, y con los que coincidiré allá. También es una oportunidad de ver a editores con los que trabajo habitualmente como la gente de Kalandraka…”
Háblanos un poco de las ilustraciones seleccionadas. “Son ilustraciones pertenecientes a un libro que se titula “Il bosco della baba Yaga”, una recopilación de fábulas tradicionales rusas ilustradas por dibujantes de todo el mundo: Pep Montserrat, Anna Castagnoli, Clotilde Perrin, y otros muchos más, editado en Italia por Franco Cosimo Panini. Yo me ocupé del cuento tradicional ruso “El pez de oro”. Este es un texto fantástico que cuenta la historia de un anciano que sale a pescar y se encuentra con un pez dorado que le cumple todos sus deseos. Esta vez, la combinación era muy clara para mí: Fantasía + Rusia = Chagall. El pintor nacido en Vitebsk ha sido una de mis referencias desde que lo descubrí hace ya mucho tiempo. Es posiblemente uno de los pintores más desbordantes de la historia, y quien haya podido ver la exposición que el año pasado le dedicó el museo Thyssen estará de acuerdo conmigo”.
“No existe el autodidactismo. Todos somos el resultado de miles de influencias que consciente o inconscientemente van conformando nuestra manera de dibujar, o de actuar, o de hacer música. En mi caso mis referencias han sido siempre gente como Picasso, Steinberg, Grosz, Sempé, etc…y por supuesto…Chagall. Antes de dibujar una sola línea de este encargo, volví a devorar sus pinturas, ilustraciones y grabados. Los paisajes rusos de su infancia, los personajes, todo me ayudó a afrontar el trabajo que tenía que hacer. Pero también repasé cientos de grabados de ilustradores rusos antiguos que fui encontrando, libros de historia, etc…hasta empezar a ver el tono que debía impregnar las ilustraciones”.