Goyo Rodríguez y ‘Fantástico papá’: “Los textos de Nesquens me gustan especialmente porque requieren del ilustrador un trabajo muy potente de reflexión”

Goyo Rodríguez y ‘Fantástico papá’: “Los textos de Nesquens me gustan especialmente porque requieren del ilustrador un trabajo muy potente de reflexión”

Papá tiene una rara habilidad, una habilidad que casi hace que se le pueda considerar un superhéroe: es capaz de encontrar todo tipo de cosas interesantes y poco comunes en cualquier sitio.

“Como lleva todo lo que descubre a su casa, la familia protagonista de esta historia no tiene casi espacio para vivir en su hogar -nos cuenta la editorial Canica Books sobre este álbum-.Pero un día encuentra lo único que nunca había encontrado hasta ahora: un lugar para mantenerlos ordenados. Este hallazgo hará que Papá comience el gran trabajo de poner en orden sus pertenencias y su habilidad se convertirá en algo aún más fantástico: la capacidad de mostrar amor. Una historia de Daniel Nesquens con ilustraciones de Goyo Rodríguez, con el que hemos charlado sobre el proceso de elaboración de este libro.

¿Cómo nació este proyecto? “El álbum surgió de una colaboración previa con Daniel Nesquens. En 2014 trabajamos juntos con un texto suyo llamado “Una casa distinta” y recibimos el primer Premio Internacional de Ilustración Ciutat de Benicarló con ese libro. Unos meses después me preguntó si quería ilustrar otro texto suyo que había propuesto a la editorial Canica Books. El texto se llamaba “Una rara habilidad”, título que luego cambiaría a “Fantástico papá”.

¿Qué pensaste la primera vez que leíste el texto de Daniel? “Mi primer pensamiento fue “me gusta”, es una buena historia con un personaje “fantástico”. Mi segundo pensamiento, inmediatamente después fue, “es un texto complicado de ilustrar”. Hay que pensar mucho en el camino que vas a tomar”.

¿Cómo ha sido el proceso de ilustrar una historia como esta? “Los textos de Nesquens me gustan especialmente porque requieren del ilustrador un trabajo muy potente de reflexión. Las imágenes que sugieren sus palabras son tantas, que hay que tomarlo con calma para no ponerte directamente a dibujar. Hay que tomarse un tiempo para coger una de esas ideas, moldearla y que abarque todo el texto. Me gusta la libertad que transmiten sus relatos al ilustrador, te encuentras un mundo totalmente abierto a interpretaciones”.

¿Qué nos puedes contar de las ilustraciones? ¿Qué dirías que tienen de característico? ¿Algo nuevo respecto a otros trabajos? “Las ilustraciones son muy sencillas y con colores planos. Lo importante de la historia lo he querido transmitir con las ideas que surgen de las imágenes, y esa es la parte que lleva más trabajo. Cada doble página puede tener varias interpretaciones. Quiero pensar que lo característico o lo que destaca de este álbum es precisamente eso, podemos encontrar sorpresas o mensajes “ocultos”, y cada uno puede entenderlos a su manera. Es un proyecto con alto contenido conceptual. En este libro quise acercar un poco las dos profesiones que me apasionan, el diseño gráfico y la ilustración. Aquí he huido conscientemente de una ilustración más detallista y me propuse hacer algo más sobrio y directo, donde se diera más importancia a la idea. Cualquiera de los personajes puede funcionar a línea, o en blanco y negro o a un solo color, un poco como en el diseño, donde yo creo que lo sencillo (que no simple) es lo que mejor funciona”.

¿Con qué técnica están hechas? “Todas las ilustraciones tienen su inicio o su “parto” con un lápiz. Después de muchos bocetos, trabajo a tamaño real y hago una composición de la doble página prácticamente final. En este proceso mis herramientas fundamentales son una regla y un lapicero. Hago una retícula muy exhaustiva y trato de que todos los elementos tengan una relación entre sí. Posteriormente escaneo todas las imágenes y preparo una pre-maqueta con los textos. Por último llega el trabajo divertido de verdad, rematar el color y trabajar las imágenes hasta el arte final. Para ello trabajo con diferentes programas de tratamiento digital”.

Me gustaría que me hablaras un poco de la cabeza de este papá tan fantástico… Es una imagen que además se repite en otros objetos, como las gafas de la portada… “El texto gira alrededor de la “fantástica habilidad” del protagonista. Quería buscar un concepto que resumiera esa búsqueda incesante del papá de la historia. Creo que la idea del laberinto, de ese buscar continuamente una salida, podía resumir de una manera divertida lo que está haciendo continuamente el personaje principal. Las gafas son una interpretación de la cabeza del personaje y del sentido de la “vista” para poder encontrar cosas. Me inspiraron esos pequeños laberintos con una bolita de metal dentro con los que juegan los niños. Los ojos serían esas bolitas que giran y giran hasta conseguir salir. La imagen del laberinto la encontramos también en la rueda del monociclo, el vehículo que utiliza siempre el protagonista y sería una repetición de la misma idea. Es este caso, en lugar de una bolita, son los mismos pedales los que están moviéndose buscando su camino. Hay un deseo que no deja de rondarme la cabeza a partir de trabajar con este personaje, y es hacer una pequeña animación con él para ver ese movimiento continuo y sin fin”.

Y ¿qué querías representar en las guardas del libro? Háblanos un poco también de este aspecto. “La ilustración de la guarda es seguramente la imagen más conceptual de las que muestro en el libro, y la razón es que no hay una palabra o frase que nos dé una clave para entenderla. Para mí, la idea de ver un campo lleno de margaritas, donde sus pétalos blancos son ojos y todos ellos salen volando rápidamente a observar y rodear a una margarita diferente, una margarita con un solo ojo situado en el polen, me pareció una metáfora perfecta de lo que es el libro”.