Daniel Montero Galán y ‘Cartas en el bosque’: “He trabajado más los volúmenes, sin entretenerme con filigranas. Me he centrado en las iluminaciones, dando mayor calidez y atmósfera a cada paisaje”

Daniel Montero Galán y ‘Cartas en el bosque’: “He trabajado más los volúmenes, sin entretenerme con filigranas. Me he centrado en las iluminaciones, dando mayor calidez y atmósfera a cada paisaje”

Cartas en el bosque‘ es una entrañable y sorprendente historia que va a emocionar a pequeños y mayores, porque muchas veces lo más maravilloso se encuentra donde menos imaginamos. Un cartero silencioso y solitario. Unas cartas. Un secreto…

Así nos presenta la editorial Cuento de Luz este álbum ilustrado escrito por Susanna Isern e ilustrado por Daniel Montero Galán. Con Daniel hemos charlado sobre todo lo que envuelve a este proyecto.

¿Cómo nace este proyecto? “Hace unos cuatro años me animé a escribir un mensaje a Susanna Isern (la escritora del libro), en el que le confesaba que seguía su trabajo y que estaría encantado de realizar algún proyecto a su lado. Rápidamente me respondió. En su correo me decía que tenía un texto que tal vez me podría interesar. Así que esta historia sobre cartas comenzó con nuestra propia correspondencia, no podía ser de otra manera”.

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¿Qué te pareció la historia de Susanna la primera vez que la leíste? ¿Qué nos cuenta? “Desde el primer momento me fascinó la historia. Narra las peripecias de un Tejón cartero, solitario y de carácter retraído, que siente una gran pasión por su oficio. Me sentí bastante identificado con él, no solo porque ambos compartimos un gran entusiasmo por nuestras profesiones, sino también porque me considero un tipo extrovertido atrapado en el cuerpo de un tímido. Además, la historia cuenta con un giro argumental, recurso que no predomina en la literatura infantil y que me sorprendió muchísimo, pero no voy a dar más detalles, pues desvelaría el secreto sobre el que gira todo el relato”.

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Cómo ha sido trabajar sobre esta historia? “Es el proyecto que más tiempo he tardado en desarrollar hasta la fecha. Trataba de avanzarlo junto con otros encargos que me surgieron por esas fechas y a la vez lo quería mimar todo lo posible, siendo minucioso con todos los detalles. Es un libro para disfrutarlo con calma, sin prisas, y así intenté realizarlo. Desde el comienzo Susanna me dio unas cuantas anotaciones sobre la narración visual, es un libro en el que en el texto se cuentan algunas partes del relato y otras se narran a través de las imágenes, siendo indispensables ambas partes para comprender la historia”.

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¿Qué dirías que tienen de característico tus ilustraciones para este libro? ¿Qué hay de diferente o distinto respecto a trabajos anteriores? “Creo que el distintivo entre “Cartas en el bosque” y otros álbumes previos, como “El gran Zooilógico” o “El elefante ha ocupado la catedral”, de los cuales ya os hablé en entrevistas anteriores, radica en que he trabajado más los volúmenes, sin entretenerme tanto con filigranas. Me he centrado en las iluminaciones, dando una mayor calidez y atmósfera a cada paisaje. Fue bastante trabajoso, sobre todo en las escenas en las que aparecen muchos animales”.

“Los personajes tienen un carácter menos disparatado que en otros libros, más delicados, pero es lo que me pedía la historia. Intento adaptarme lo mejor que puedo al carácter de cada relato. Se podría decir que mi estilo “rectiforme espiraloide” se ha transformado en otra cosa, pero yo considero que solamente se va adaptando, tanto a los proyectos como a mis apetencias. Siempre tengo ganas de probar estímulos nuevos, de arriesgar y no quedarme estancado, es la manera de que este juego (al que considero ilustrar) siga siendo estimulante día a día, y alguna que otra noche”.

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¿Con qué técnica trabajaste? “La mayor parte de las ilustraciones las realicé con acuarela (digamos que un 95%) sobre papel, como ya viene siendo habitual en mí. También usé un poco de gouache y tinta, y pequeños retoques con el ordenador a la hora de digitalizarlas”.

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Por las imágenes que hemos podido ver nos ha llamado la atención un aspecto: ¿qué papel juega la iluminación en las escenas que has creado para este libro? “Decidí que toda la narración debía transcurrir a lo largo de dos días y dos noches, así que jugué con la iluminación como un recurso narrativo. Me centré en trabajar la luz de cada momento y que así se apreciase el paso del tiempo. Me gusta mucho ponerme estos retos, o reglas del juego. Para cada proyecto me marco unas pautas bastante cerradas, pues creo que lo dotan de lógica. Aunque éstas no sean del todo apreciables en el producto final, y a veces solo estén presentes mi cabeza, sí que se le dan una coherencia al proceso de desarrollo”.

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¿En qué estás trabajando ahora? ¿Algún proyecto nuevo? “Ahora mismo estoy ilustrando “Las mil y una noches” para una adaptación juvenil, toda una golosina que estoy saboreando. Y dentro de poco saldrá a la venta el “Equivocablados”, la segunda parte del “Equivocablo”, libro de juegos de palabras ilustrados, en el que doy una vuelta de tuerca al bocavolario más desternillante”.

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