Hace poco tiempo ha llegado a las librerías el último libro que tiene como protagonista a la Volátil, el personaje creado por la ilustradora Agustina Guerrero. Lumen edita ‘A calzón quitado‘. Hace ya tiempo tuvimos la oportunidad de charlar con ella sobre el origen de este personaje y sobre su trabajo. Entonces aún no estaba terminado este último libro, pero ya Agustina nos esbozaba algunas ideas. Con ella nos centramos en ‘Érase una vez… la Volátil‘, el tercer libro en aparecer, pero realmente el primero, como ella misma nos contaba. Esto es lo que nos comentaba entonces, y sirve perfectamente para hacernos una idea del origen de este personaje y de cómo trabaja Agustina.
Agustina Guerrero: “Llevo ya tres libros con la Volátil, el que estoy haciendo ahora es el cuarto. Si bien ‘Diario de una Volátil’ y ‘Mamma mía’ cuentan historias diferentes, porque, por ejemplo ‘Mamma mía’ es sobre mi embarazo; pero la estructura del libro y bueno, el tipo de humor, son similares. Con ‘Érase una vez…’ me pasó que tenía ganas de mostrar algo diferente, porque necesitaba dar un paso, no sé si para adelante o para atrás, pero yo lo siento como un paso para adelante porque fue el libro que más disfruté de hacer. Y con este libro nuevo me pasa algo similar, tengo ganas de que sea algo diferente. Prestarle también atención a lo que es el libro como objeto, digamos, es un libro con muchos detalles que lo hacen un libro bonito, estéticamente, pero el contenido también es diferente. Imágenes blancas, como lo que vengo trabajando últimamente”.
“Érase una vez… la volátil en realidad es el primero, en cuanto a la relación tiempo y espacio, digamos. Lo pensé porque mucha gente se preguntaba qué, cómo te dio por dibujar, cómo nació este personaje, y para mí ese período fue un momento tan importante y bueno, de muchos cambios, que tenía muchas ganas de plasmar. Para mí esa fue una época determinante en mi vida -nos cuenta Agustina Guerrero-. El personaje nació como un diario íntimo, en realidad, era mío, personal, y que no le importaba a nadie. Estaba haciendo otros trabajos en paralelo, embarcada en otras cosas, y la Volátil, como era un dibujo rápido, sencillo, era un dibujo íntimo, un dibujo mío. Iba dibujando, por la noche dibujaba las cosas que me pasaban en el día, ideas que tenía… Pero bueno, sin la finalidad de mostrarlo, en absoluto. De solo pensarlo me daba muchísima vergüenza”.
“Un día entraron a robar a mi casa, se llevaron el ordenador con el cuento infantil que estaba haciendo, un montón de trabajos, pero no se llevaron un ordenador viejo que, bueno, realmente lo iba a tirar. Pero, como no tenía otra cosa, decidí pasar mis dibujos del diario íntimo al ordenador y, como te decía, como son dibujos sencillos y con colores planos y tal, el ordenador lo resistía. Y lo colgué. Y me dí cuenta que la gente empezaba a reaccionar a esos dibujos, a esas viñetas, y me animé a seguir colgando. Y cada vez más, cada vez más, hasta el día de hoy que tiene, no sé, más de medio millón de seguidores. Ahora ya estoy con mi cuarto libro… Fue algo muy fuerte lo que pasó”.
“Yo trabajo en el caos, así funciono mejor. Antes sí que solía llevar una libretita y bueno, iba apuntando todo lo que me pasaba -asegura Agustina Guerrero-. De hecho la sigo llevando, porque uno nunca sabe cuando ni dónde pueden venir las ideas. Pero a día de hoy sí que me siento en el ordenador, y no sé qué es lo que voy a hacer, y la viñeta nace. No sé de qué manera, pero surge. Creo que el hecho de ya tener tantos años con el personaje, y de que sea más sólido y que ya tenga una personalidad, hace que me sea más fácil hacer la viñeta”.
“En cuanto a los libros, a la hora de hacer un libro… es diferente hacer una viñeta suelta para colgar en internet a hacer un libro. Y más ‘Érase una vez… la Volátil’, que es novela gráfica, es decir, que tenía una trama, tenía una continuidad,… Los otros libros son viñetas sueltas que tú puedes abrir el libro y leerlo desde donde quieras. Pero este libro para mí era un reto, porque tenía muchas ganas de hacer una novela gráfica, de mostrar al personaje de una manera más cruda, más real, más sincera, porque bueno, no todo es alegría -afirma Agustina Guerrero-. Y bueno, a la hora de hacerlo también fue muy caótico, porque si bien yo tenía la historia en mi cabeza, porque es una historia real, para mí es imposible trabajar con un guión, simplemente me sentaba y empezaba a hacer páginas sin tener nada pensado de antemano. Yo trabajo de una manera muy inmediata, y a través de lo que siento en el momento y, bueno, así funciono”.
“Al principio lo hacía a mano, lo escaneaba y luego lo pintaba en el ordenador. Pero para ‘Érase una vez… la Volátil’ me compré la Cintiq, y bueno, la verdad que es más rápido, y te decía también que ahora como soy mamá, necesito ser más práctica y esto ayuda”.
“Lo que menos me gusta dibujar, los coches -sonríe Agustina Guerrero-. No, todo lo que sea coches, bicicletas, motos, me cuesta muchísimo. Pero lo que más me gusta es, no sé si en cuanto a objeto, digamos, el hecho de hacer una viñeta y que prácticamente no tenga dibujo y que diga muchísimo. Últimamente he estado haciendo viñetas así, muy blancas, digamos, con pocos elementos, y que intento que el mensaje sea potente a través de pocos detalles. Antes sí que tenía la necesidad de llenarlo todo, inclusive lo llenaba todo de texto, era como que quería explicarlo todo a través de las imágenes y de las palabras, y que no quedara duda de lo que yo quería contar. Y ahora empecé a resumir y con un solo elemento poder explicar mucho más, y a veces ni siquiera tiene diálogo, no tiene texto. Entonces, llegar a eso, a ese resumen, pero que sea un mensaje contundente, me encanta. Es lo que más me gusta porque me hace sentir satisfecha con mi trabajo y decir, bueno, no tenerle miedo al blanco, digamos”.
“El hecho de que cuando veo trabajos de otras personas y me veo en el trabajo, inmediatamente me acerca al personaje, al autor, a la viñeta. Y creo que con la Volátil pasa lo mismo, la gente se ve en el personaje, independientemente de si es un hombre o una mujer, porque le pueden pasar a un hombre también las cosas que le pasan a la Volátil. Pero el hecho de verse reflejados en hechos que yo pensaba que me pasaban a mí sola, hace que el personaje funcione. Ayudó que naciera como un diario íntimo porque, cuando uno escribe para sí mismo, yo cuando estaba sola y dibujaba, bueno, como no sientes la presión de otros ojos, que te lo van a ver o te lo van a criticar, uno se relaja, y las ideas fluyen sin ningún tipo de vergüenza. Entonces a la hora de hacerlo público sí que era mi premisa principal de dejar la vergüenza a un lado y que siga siendo como un diario íntimo, aunque lo vean un montón de personas”.
